REPASO LA UNIDAD
DIBUJA LA CARA DE MARÍA Y COLOREA
Contaban las abuelas, y cuentan
todavía
un recuerdo de infancia de la Virgen María.
Siendo niña, la Virgen fue al
jardín a jugar.
Florecieron las flores para verla pasar... Con sonrisa de cielo, la chiquita María miraba a todas, y a todas sonreía. Las flores le ofrecieron sus mejores regalos: sus mejores olores, sus mejores colores…
Habló la rosa y dijo: -
"A mí la Primavera me ha coronado reina
de las flores… Si mil reinos tuviera, a la Virgen María se los ofrecería de
regalo.
También se asomaron los lirios y las azucenas, blancos como la nieve pura. Las dalias, y las tiernas campánulas, menuditas y bailarinas, saltaban de alegría, porque al pasar, la Virgen también les sonreía. Todas las flores querían que María las escogiera y poder besarle la frente. Pero la Niña María no escogió a ninguna. Dudaba…Las miraba a todas…, pero no se decidía. De pronto, casi ocultas debajo de las hojas, vio que había unas flores, tan tímidas que apenas se escuchaban su voces. Parecía que hablaban con Dios…. Entonces, ya no dudó un instante. Las cogió, las acarició y las besó. Y las pequeñas florecitas se llenaron de felicidad. Las orgullosas dalias, azucenas, lirios, campánulas y rosas….se quedaron sorprendidas y aprendieron una gran lección: la Virgen no elige por los gestos de superioridad y orgullo, sino por los gestos de sencillez y cariño. |